Medeski, Martin & Wood: Puro ritmo

Medeski, Martin & Wood

John Medeski, piano y teclados

Billy Martin, batería y percusión

Chris Wood, bajo acústico y eléctrico

Auditorio Nacional (Sala de Cámara), Madrid

5 mayo 2012

21:00h

 Este trío estadounidense no defrauda en sus actuaciones en directo. Con un público entregado antes de iniciarse el concierto,  comenzó el concierto con una serie de acordes sin melodía, totalmente “vanguardistas”, que dejaron paso al tema principal,  cargado de un ritmo contagioso. Esta fórmula se repitió en casi todos los temas del trío, creando un choque muy efectista entre ambos momentos.

Es difícil decir quien es el líder de este grupo. Medeski derrocha energía en los teclados, ya sea con los órganos, incluido el Hammond B3, como con el piano. Toca de pie, de lado, levantando la pierna y con un sin fin de figuras acrobáticas. Martin, más comedido, hizo también sus pinitos  tocando de pie en algún solo.Wood, aún siendo el más estático en el escenario, cambió en ciertos momentos de ubicación.

Musicalmente hablando, este grupo derrocha swing, llevan el ritmo en las venas, lo que hace de sus interpretaciones una mezcla de funk, jazz, acid jazz, rock, groove,  entre otros estilos aplicables. Los tres son excelentes músicos, pero personalmente Wood, me pareció fantástico, marcando la base rítmica de forma magistral.

Sin duda, este trío, es una excelente forma de entrar como primera aproximación al jazz más ortodoxo.

Han llegado a un grado de compenetración difícil de igualar lo que hace impensable que este grupo, que se formó en 1991, pudiera estar formado por otros componentes que no sean éstos.

       Algo que no me gustó del todo fue el sonido. Quizás demasiado alto, sobre todo los teclados, no dejaba oír de forma nítida  cada uno de los instrumentos formándose en ocasiones una sonoridad de difícil audición.

    El bis finalizó con los tres músicos en la parte delantera del escenario. Medeski con la melódica, Martin con un pequeño y sencillo instrumento metálico de percusión manual y Wood con el contrabajo, que fue todo una clase de interpretación rítmica. Una verdadera gozada.