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lunes, 10 de noviembre de 2014

Esther Cidoncha: When Lights Are Low



Editado por La Fábrica.


Detrás de cada foto hay mucho más que una imagen. Hay mucho más que un instante inmortalizado con mayor o menor fortuna, con mayor o menor calidad. Detrás de una foto hay una vida. Los músicos de jazz que fotografía Esther Cidoncha son seres humanos con sus  defectos y sus virtudes. Una buena foto nos debe transmitir la vida que encierra el músico.

Esther Cidoncha nace en Orán, Argelia y desde 1990, movida por su amor a esta música, realiza fotos a músicos de jazz. De formación autodidacta, Esther ha alcanzado un lugar destacado entre los fotógrafos del jazz y acaba de editar este libro que lleva por título “When lights are low” como la composición de Benny Carter, del que incluye dos instantáneas en el libro.

Esther, en muchas ocasiones, fotografía a los músicos sobre fondos oscuros, como si  quisiera que nada ni nadie distrajeran la atención del principal protagonista del que capta la luz de forma magistral.

En las fotos de este libro se puede oler el cigarrillo humeante (Tyler Mitchell), oler los muebles en la habitación (Preservation Hall, New Orleans) o sentir la desesperación cuando las cosas no salen como se espera (Al Levitt).     

Las fotos de Esther nos muestran la mirada del músico y en ella podemos entrever sus problemas personales, sus estados de ánimo, su alegría o su tristeza. Esos estados de ánimo que se transmiten a la música creada en el momento y que la fotografía congela.

No creo que la fotografía  atrape un silencio, más bien creo que atrapa el sonido. A través de una buena fotografía se puede intuir cómo fue el concierto, si gustó al público (Randy Weston), si el artista estaba realmente creativo esa noche. 

Es curioso la relación de todos los músicos con su instrumento. Forma parte de su propio ser. Cuantas horas juntos, es lo más valioso  que poseen.

Esther ha declarado su respeto al músico y al público (este último escasea entre otros profesionales) y ese respeto se refleja en su trabajo.

Pero Esther va más allá. También fotografía otros aspectos que forman parte indisoluble de un concierto: los focos (Festival d’Altitude), una partitura (Wadada Leo Smith) o la sensualidad de los zapatos de una cantante (Tineke Postma, Charmine Michelle).

Excelente libro que refleja el amor de su autora por esta música, el jazz, y por sus músicos.




1 comentario:

  1. Muchísimas gracias amigos, me gusta mucho vuestra entrada. Un fuerte abrazo.

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