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martes, 26 de julio de 2022

MARIOLA MEMBRIVES CD: La Babilonia

 

 

Pistas

1.La cantaora 2.Las guardianas 3.Ira de Tiamat 4.Moonchild 5.No sé dónde estás 6.Limbo 7.Hammurabi  3 zapatitos 8.Me mandaron a la tierra 9.Álamo 10.Postálamo 11.Infierno 12.Hammurabi 1 cositas 13.Descenso 14.Saeta de la torre 15.Mi libertad 16.Hammurabi 2 The garbanzo 17.Mantra Kirie 18.De mi amado 19.Apocalipsis 20.El lecho

 

Intérpretes

Mariola Membrives – voz

Vicent Pérez – trombón

Miron Rafaelovic - trompeta

Javier Pedreira – guitarra acústica, guitarra eléctrica, electrónicos (2,6,8,11,18,19,20)

Marino Saiz – violín

Marcelo Fuentes  - bajo

Daniel García Diego – piano

Javier Adán – electrónicos (1)

Borja Barrueta – batería (1,5,11,18,)

Andrés Litwin – batería (2,4,11,19)

Tino Di Giraldo – batería (10,12,14)

 

Grabado en Dr. No Studio, Madrid, España

 

Mariola Membrives (nacida en Andújar (Jaén), pero criada en Córdoba)  es cantante, actriz y compositora. Está considerada por la crítica como una de las voces más transgresoras de una nueva generación de artistas que está dando un renovado y necesario impulso al panorama musical español. Graduada con el título superior de cante flamenco, becada y formada en el ámbito de jazz y contemporánea tanto en la Esmuc como en el Taller de Musics. El flamenco, el jazz y las músicas populares son las credenciales de esta cantante. En 2016 crea Omega 20.16, junto  a algunos de los músicos de jazz más relevantes de este país. En verano de 2017 estrenó su espectáculo a dúo con el pianista Chano Domínguez como concierto inaugural de Les Nits d’agost al Teatre Grec de Barcelona, con el cual continua girando por teatros y festivales de España. Es la cantaora del espectáculo de La Fura dels Baus “Freebach 212” y la voz del montaje teatral “Federico Garcia” de Pep Tosar. Así como la cantaora solista de la Orquesta Sinfónica Giosimphonie, dirigida por Francesc Prat, con la que gira con “El Amor Brujo”.

Su debut discográfico fue con la publicación de “Llorona” a dúo con el contrabajista japonés Masa Kamaguchi, al que han seguido “Lorca: Spanish Songs”, un nuevo dúo esta vez con el guitarrista norteamericano Marc Ribot.

Su tercer disco publicado es “Babilonia”, un álbum doble (aunque en el disco que tengo los veinte temas se presentan en un solo CD)  con 20 canciones para el que la cantante ha recurrido a la cultura sumeria, es decir, a textos mitológicos mesopotámicos y al influjo de sus poderosas diosas. Membrives vive en Cabo de Gata. “No puedo explicar todo lo que me ha dado a mí, Cabo de Gata. Es el lugar que, desde que mi padre me trajo aquí por primera vez, más veces he elegido para sanar o relajarme o solo sentir una fuerza especial. Me he venido a vivir aquí, desde Barcelona,  ahora en un momento de muchísimo trabajo para descansar y conectar, y aquí he compuesto todo este disco”, apunta.

El disco arranca con “La cantaora”, un corte pausado, donde Membrives  susurra una preciosa letra, supongo que dedicada a su abuela a quien llamaban La Reina. Flamenco, hip hop, pop, no sabría cómo calificarlo, pero tiene corazón.

“Las guardianas”, un tema que me recuerda a Najwa Nimri. El primer videoclip del disco se hizo con esta canción. Se grabó en el desierto de Tabernas en Almería, tierra de la que Membrives dice: “Esta tierra tiene toda la magia y la fuerza en la que yo creo, y la creo porque la vivo aquí, la luz que necesita mi cuerpo también,  y sus vientos, los vientos del Cabo de Gata,  que te vapulean cuando menos te lo esperas”. En el vídeo participaron una decena de mujeres. “El mensaje del vídeo es una liberación, es una fiesta muy femenina, aunque no pretende excluir a nadie. Una necesidad de darle luz a un sentimiento antiguo y arraigado de ser víctima de abusos y de estar en un lugar que no me apetece. Sin dramas, con mucha alegría”. “En concreto, los fraseos de Las guardianas salieron “del tirón”, a las tres de una madrugada de confinamiento” dice Membrives. “Ira de Tiamat” es un recitado con la guitarra y sonidos electrónicos de fondo. Membrives hace una buena versión del “Moonchild” de King  Crimson editada en el álbum  “King Crimson , In the Court of the Crimson King”. Me recuerda a Kate Bush. “No sé dónde estás” es otro tema aflamencado y mezcla con otros doscientos estilos. Resultado: notable originalidad. “Limbo” es otro tema recitado, donde habla de liberación y de afrentas sufridas, de dolor, la paciencia, la rabia y la impotencia.

En tres de los temas, “Hammurabi  3 zapatitos”, “Hammurabi 1 cositas” y  “Hammurabi 2 The Garbanzo”, Membrives  nos habla de las normas de la también conocida como ley de Talión. El Código de Hammurabi era un conjunto de 282 leyes inscritas en una piedra por el rey de Babilonia Hammurabi (r. 1795-1750 a.C.), que conquistó y posteriormente reinó en la antigua Mesopotamia. Aunque este código legal no fue el primero, fue el definido con más claridad e influyó en las leyes de otras culturas. La piedra que lo contiene se conserva en el Museo del Louvre. Membrives mezcla letras flamencas con texto del código.

“Me mandaron a la Tierra” y “Álamo” son dos canciones imbuidas de espíritu flamenco. La segunda es una adaptación de una canción tradicional griega traducida al español que ha titulado “Álamo”, y que descubrió en la película  “Vengo”, dirigida por Toni Gatlif. Membrives le añade un rock progresivo que titula “Postálamo”. Otro tema roquero se cuela entre los veinte del disco, es “Infierno”, un homenaje a Germán Coppini (Siniestro Total, Golpes Bajos).

Membrives se desahoga y reafirma en “Descenso”, donde narra la bajada de Innana al inframundo. En la mitología sumeria Inanna era la diosa del amor, la belleza, el sexo, la guerra, la justicia y el poder político. “Saeta de la torre”, como su nombre indica es una saeta, con todo lo que ello conlleva: sentimiento, vocación, creencias, amor y un largo etcétera. “Mi libertad” otro tema del World Music, con aires árabes y flamencos, entre otros. La espiritualidad se eleva en “Mantra Kirie”, con los sonidos propios de este tipo de composiciones. El disco va terminando con temas como “De mi amado”, “Apocalipsis” y “El lecho” de fuerte carga emotiva todos ellos.

Membrives utiliza “Babilonia” como un altavoz (y el de muchas otras mujeres) de sus vivencias, sus miedos, deseos, sus ansias de luchar por la justicia en general y con las mujeres y los débiles en particular. 

Con formación en cante y danza española, completada con estudios en jazz y música contemporánea, la carrera de Membrives nunca ha estado exenta de riesgos y este es un proyecto atrevido, donde mezcla muchos tipos de música, algunos no abordados por Membrives hasta ahora.  “Tiene música electrónica, es rock, pop, hay cosas muy flamencas, pero hay otras muy contemporáneas, muy jazzeras”, explica la artista.

Hay vida más allá del jazz.

La Habitación del Jazz

 

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