Las leyendas nacen o si no, se hacen. Louis Armstrong es una leyenda de la música por mérito propio a la que algunos historiadores han querido añadir tintes patrióticos, haciéndole nacer el 4 de julio de 1900 (¡qué mejor que nacer el día de la fiesta nacional y comienzo de siglo¡) cuando en realidad nació un 4 de agosto de 1901. Otro dato, sus padres no fueron esclavos como también se dice (nacieron después de la emancipación negra). Sin necesidad de aditivos ridículos, Armstrong es uno de los mayores músicos de jazz de todos los tiempos. Hijo de padres separados, vivió con su abuela y desde muy pequeño vendió carbón a los prostíbulos, en los que se tocaba jazz clásico, situados en el barrio de Nueva Orleáns llamado Storyville, cerrado años más tarde por la Marina norteamericana pues, decían, no era buena para la moral de su ejército.
Con doce años, no se le ocurre otra cosa que celebrar la llegada del año nuevo disparando al aire varios tiros con un 38 de su padrastro (tuvo seis padrastros). Esto le llevó a dar con sus huesos a un internado y lo que normalmente es un destino que marca negativamente la vida de un menor, en el caso de Louis no fue así, pues allí empezó practicando con varios instrumentos, hasta adoptar la corneta como “su” instrumento.
En Storyville conoció a King Oliver quien le adoptó musicalmente hablando incorporándole a su Creole Jazz Band como segunda corneta. Su paso por este grupo le proporcionó experiencia y la que fue su primera mujer, Lili Harden, pianista del grupo. Pero su talento pronto destacó sobre el del propio Oliver.
Ya como líder fundó dos grupos, los Hot Five y posteriormente los Hot Seven; ninguno de los dos grupos actuó nunca en “vivo” pero, sin embargo, realizaron muchas grabaciones.
Sin Louis Armstrong el jazz no sería lo que es actualmente. Su contribución fue enorme. Hasta su llegada, todo giraba alrededor de de un tempo preestablecido, él se adelantaba o retrasaba creando una nueva forma de atacar las melodías, produciendo lo que hasta entonces apenas existía, swing.
Innovó la creación, siendo pionero también en la improvisación individual, creando estructuras que en muchas ocasiones eran más bellas que la propia melodía original, estructuras que son usadas aún hoy día, por los intérpretes de jazz. Fue lo que se denomina un entertainer , es decir, un artista capaz de mantener él solo la atención del público.
A mediados de los años cuarenta, con varios cientos de grabaciones a sus espaldas, tenía decenas de imitadores y un gran éxito pero no comparable al de las orquestas formados por blancos (Benny Goodman por ejemplo). Se hacía necesario un giro en su carrera, potenciar los esporádicos devaneos que había tenido con la interpretación vocal. La crisis de la guerra mundial, potenció los grupos pequeños frente a las grandes orquestas difícilmente financiables, lo que motivó la desaparición paulatina de éstas.
El 8 de febrero de 1947 actúa en el Carnegie Hall de Nueva York, acompañado por un sexteto, actuación que repite un par de veces más también acompañado de grupos pequeños, lo que le mueve a seguir en escena pero con este nuevo formato. Forma los All Star con grandes músicos solistas de la época, Jack Teagarden Earl Hines, entre otros.
La vertiente de vocalista la inició en los años veinte, pero fue en los cuarenta cuando empezó a tener éxito más allá del entorno jazzístico. Así, durante casi veinticinco años más, Louis Armstrong deleitó a sus incondicionales con canciones como La vie en rose, Ramona, Mack the Knife, Hello Dolly o el famosísimo What aWonderful World.
Su voz ronca, debido a una afección de sus cuerdas vocales, le caracterizó durante toda su carrera como jazzmen vocal. Su éxito fue enorme y su posición no siempre en defensa de los negros le valió no pocas críticas de algunos coetáneos como Billie Holiday o el propio Miles Davis que le tachaba de payaso al servicio de los blancos.
Hombre de carácter extrovertido, en una gira fue recibido junto a su cuarta esposa Lucille, por Pío XII. Este les preguntó si tenían hijos y Louis le contestó que no, pero que se divertían mucho intentándolo.
Satchmo (satchelmouth, boca en forma de hucha) vendió millones de discos y actuó en los cinco continentes prácticamente hasta el día de su muerte, el 6 de julio de 1971, dos días después de cumplir 71 años.
Obviamente, ya no podemos disfrutar de una actuación suya, pero recomiendo la lectura de la obra de Julio Cortazar, La vuelta al día en ochenta mundos, concretamente el relato titulado Louis, enormísimo cronopio, en el que el autor describe, de forma magistral, la salida a escena y la posterior actuación de Louis Armstrong el 9 de noviembre de 1952 en París.
José Ramón, si has leído a Cortazar, sabrás que un cronopio es una flor... y dos, son un jardín... ¿Para cuando un post sobre Louis y Ella?.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog.
Un abrazo.
miguel.