jueves, 24 de octubre de 2024

PETER SOMUAH CD: Highlife

 


Pistas

1.The Rhythm feat 2.We Give Thanks 3.Bruce Road 4.Drumbeat 5.Chop Chop 6. Conqueror 7.Mental Slavery 8.Re-imagined 9.African Continent 10.Jamestown

Intérpretes

Peter Somuah - trompeta, voz, cencerro

Jesse Schilderink – saxo tenor

Anton de Bruin - teclados, Rhodes, sintetizadores

Jens Meijer – batería

Danny Rombout – congas, shekere

Marijn van de Ven – contrabajo, bajo eléctrico

Lamisi Akuka - voz

Thomas Botchway – batería (9), shekere (9)

Pat Thomas - voz

Gyedu-Blay Ambolley – voz

Koo Nimo – narración (1)

Bright Osei Baffour – guitarra (2,5,9)

 

Sello discográfico: ACT Music

Grabado en Butterama Recording Center, Berlín, Alemania, el 4-6 marzo de 2024

Fecha de publicación: 1 de noviembre de 2024

 

Peter Somuah es un trompetista nacido en Accra (Ghana) y afincado en Rotterdam. Aprendió a tocar la trompeta a base de  escuchar a sus trompetistas favoritos, Miles Davis, Freddie Hubbard y Roy Hargrove.  

En 2021, ganó el premio Erasmus Jazz para jóvenes talentos del jazz, y en 2022 ganó el prestigioso premio Edison Jazz con su álbum debut “Outer Space”. En junio de 2024, Somuah trabajó en un proyecto con la WDR Big Band tocando sus propias composiciones, arregladas y dirigidas por el cosmopolita musical Michael Mossman.

Somuah ha publicado un nuevo trabajo titulado “Highlife”. El título hace referencia a un tipo de música y baile popular de África occidental que se originó en Ghana a fines del siglo XIX, se extendió más tarde al oeste de Nigeria, floreciendo en ambos países en la década de 1950. La forma más temprana de highlife fue interpretada principalmente por bandas de metales a lo largo de la costa de Ghana. A principios del siglo XX, estas bandas habían incorporado una gama más amplia de instrumentos (principalmente de origen europeo), un componente vocal y elementos estilísticos tanto de las tradiciones musicales locales como del jazz.

El highlife surgió así como una síntesis única de estéticas musicales africanas, afroamericanas y europeas.

El disco lo integran 10 temas todos compuestos por Somuah, quien  basándose en sus primeros años tocando música highlife en Accra y mezclándola con influencias de leyendas como Miles Davis, crea un sonido único y personal que une generaciones. Un diálogo entre el highlife y el jazz moderno.

En las canciones del disco intervienen instrumentos que van desde las guitarras rítmicas y la percusión características del highlife, pasando por el saxo tenor, bajo y contrabajo, sintetizadores,  hasta el personal sonido de la trompeta de Somuah.

El álbum fue grabado en un pequeño estudio de Berlín-Neukölln con un antiguo equipo analógico, que recuerdan al sonido terroso de las grabaciones históricas de highlife de los años 50 y 60.  "Quería devolverle la vida a este sonido tan especial. Su calidez, su coraje, su alegría exuberante” dice Somuah.

Somuah  luego voló a Ghana con las pistas instrumentales y visitó a algunos de los héroes del antiguo género highlife como Pat Thomas y Gyedu Blay-Ambolley. “Durante mi infancia, solía escuchar sus canciones en la radio todo el tiempo. En ese entonces, nunca hubiera soñado que un día estaría sentado en sus salas de estar para grabarlas para mi álbum”.

La banda que le acompaña está formada por músicos holandeses junto con un percusionista holandés-surinamés. "Mis compañeros de banda no crecieron en Ghana", dice Somuah. "Pero eso no importa en absoluto. Su profunda pasión por el highlife y el afrobeat y el sentimiento que han desarrollado por esta música son las cosas más importantes".

Qué mejor que empezar con una lección de historia. En  “The Rhythm”, Somuah visitó a la leyenda del highlife Koo-Nimo en Kumasi y le animó a hablar sobre los orígenes de la música. De la época en la que gobernantes coloniales británicos empleaban bandas de músicos ghaneses y les pedían que interpretaran vals, samba y música popular occidental, que se tocaba exclusivamente en clubes y casinos británicos para el placer de las clases altas, de ahí el nombre de “highlife”.

El golpe militar de los años 80  acabó con la vibrante escena musical de Accra. El toque de queda nocturno, que duró meses, provocó el cierre de todos los clubes.

La mayoría de los músicos se exilió. “A partir de ahí, la música adquirió influencias completamente nuevas”, explica Somuah. “Se incorporaron influencias de rock, funk y, sobre todo, disco, las pistas producidas en estudio y los teclados sustituyeron a las grandes orquestas”.

Entre la comunidad ghanesa exiliada en Hamburgo surgió un nuevo estilo, conocido como “burger highlife”.

El propio Somuah se involucró con este popular estilo highlife formando parte de varios grupos, antes de seguir su pasión por el jazz.

A partir de esa introducción, el disco nos transporta a un mundo lleno de ritmo. Ese mundo en el que Somuah, en su juventud, actuaba regularmente cuatro noches a la semana en las bandas de highlife. El público bailaba mientras él tocaba y perfeccionaba su estilo. “El highlife ha influido fundamentalmente en la forma en que toco la trompeta, la forma en que escucho música y compongo", dice Somuah.  La experiencia de esos años la traslada a este álbum. Su sonido cálido y su sentido del ritmo y de  transmitir emociones  hacen que la escucha de este disco te levante del asiento y bailes quieras o no.

Somuah conecta dos mundos aparentemente distanciados: el jazz moderno y  el highlife tradicional.

Sus líneas de trompeta transmiten la esencia del jazz. El  resto de instrumentación es una magnífica música africana.

El propio líder de la banda también canta en "Mental Slavery". Somuah dice: “Me refiero al legado perdurable de la era colonial: muchos ghaneses siguen siendo mentalmente esclavizados, se consideran inferiores. No se atreven a presentarse con orgullo y a aportar sus habilidades”.

Como suele ocurrir con la música, y la que contiene este disco no es una excepción, no sólo transmite emociones sino que también transmite tradiciones narrativas, cuestiones cotidianas referidas a la familia, el amor,  la amistad incluso la supervivencia.

“Highlife” es un álbum experimental, que entrelaza los hilos musicales de culturas lejanas pero a la vez, tan cercanas, como la occidental y la africana.

En definitiva, un fantástico viaje a través de la música y la cultura Africana en general y de Ghana en particular,  salpicado con sonido del jazz.

La Habitación del Jazz

 


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