Es ley de vida. Nos van dejando las leyendas vivas del jazz. Le ha tocado el turno al pianista y compositor Horace Silver, compositor de éxitos como The preacher, Señor Blues, Nica's Dream, (dedicada a la baronesa y mecenas del jazz Nica de Koenigswarter) y Song for my father (Cantiga para meu pai).
Se autodenominaba “cocinero del jazz” y ha sido y será, uno de los más influyentes exponentes del jazz.
Stan Getz lo vio en un pequeño local y le apoyó en sus inicios tocando sus composiciones y consiguiéndole actuaciones.
“El jazz debe tener su puntito picante”, afirmaba. "Si no, no sabe a nada".
Músicos como Hank Mobley, Joe Henderson, Blue Mitchell o Woody Shaw se dieron a conocer en grupos de Horace Silver. El jazz, el buen jazz, pierde otro nombre.
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