A
lo largo de los años, los cantantes de jazz, nos han seducido con sus voces,
interpretando canciones que han calado en lo más profundo de nuestros
corazones, dejando huellas difícilmente borrables.
Canciones
que fueron compuestas originariamente
para operetas unas, para musicales de Broadway otras, bien piezas instrumentales a las que se les
incorporó la letra con posterioridad o bien canciones que poco o nada tenían
que ver con el jazz pero que fueron “atrapadas” por aquél e incorporadas al repertorio jazzístico para la eternidad. No faltan
tampoco composiciones que, aún habiéndose escrito para ser cantadas,
posteriormente se incorporaron al jazz instrumental, ganando en algún caso intensidad en comparación con la original.
Temas
como Summertime, The Man I Love, Lover Man, My Funny Valentine, Nature Boy, My
Man Is Gone Now, Strange Fruit, In a Sentimental Mood, han sido versionadas
hasta la saciedad, con mejor o peor fortuna y constituyen los llamados standards, indispensables en cualquier discoteca de cualquier
buen aficionado.
En
ocasiones, los mismos cantantes se acompañan
con algún instrumento, piano
generalmente (Diana Krall, Patricia Barber); también es relativamente frecuente
que instrumentistas hayan hecho sus incursiones en el mundo vocal (Chet Baker,
Nat Cole).
La
escucha de estos estándares, interpretados por alguno de los grandes
vocalistas, produce en el oyente profundas emociones, favoreciendo que afloren
recuerdos, momentos irrepetibles, únicos, que sólo estas canciones pueden hacer
rememorar.
El
jazz vocal es una buena forma de introducirse en el mundo del jazz, pues no
representa dificultad su audición y llega fácilmente al oyente; primero,
dejándose llevar por la interpretación vocal desnuda, obviando la
instrumentación para, posteriormente,
captar todos y cada uno de los instrumentos por separado, oyendo sus
múltiples matices sonoros, sus arreglos, arropando la interpretación, para terminar
oyendo el conjunto instrumental que junto a la voz conforman esas piezas de
extraordinaria belleza.
Oscar
Wilde dijo que “el arte de la música es el que más cercano se halla de las
lágrimas y los recuerdos”. Compruébalo, lo tienes al alcance de tu equipo de música.
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