La Unesco
ha declarado el día 30 de abril como “día internacional del jazz”. No es el
primer día internacional, o simplemente el día, de “algo”, que se ha
establecido y me temo que no será el último.
Estos
homenajes ¿son beneficiosos para el colectivo
homenajeado?. Pues diría que no han sido perjudiciales que, por otra
parte, no es poco, pero tampoco creo que aporten algo positivo.
Sería
deseable que se establecieran los 365 días de la madre, del padre, de los
abuelos, de la mujer, de la música, del agua, de la juventud, del alzheimer, etc
y por supuesto, del jazz.
Estamos
ante otro guiño a la
galería. Otra iniciativa sin contenido y sin la menor
repercusión en los artistas que viven, o mejor sobreviven, del jazz. Llevada a
cabo para justificar los puestos de privilegio que ocupan y así acallar la
conciencia de algunos (pero ¿tienen conciencia?).
¿Por qué no se enseña música
en la escuela?.
¿Por qué no hay más programas en radio dedicados al jazz?.
¿Por qué no hay
programas en las TV dedicados al jazz?.
¿Por qué no se promociona más este estilo musical?
¿Por qué no se reconoce la dificultad de su interpretación?
Creo que
todos podríamos contestar a estas preguntas. No interesa, no es rentable. La
palabra mágica, rentable.
Recibamos a
este nuevo día internacional del jazz, como lo que es, un poco más de lo mismo.
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