La Habitación del Jazz ha
entrevistado al pianista argentino Marco Sanguinetti. En breve hablaremos de su
música en este mismo blog.
LHDJ: En tu música me
parece que hay una fuerte carga clásica. Si es así, ¿quienes son tus
influencias?.
MS: Mi formación como
pianista ha transcurrido sobre la interpretación de la “música clásica”. Dentro
de ese inmenso espectro he caído fascinado en el estudio de las obras
románticas, como las sonatas de Beethoven y los nocturnos de Chopin. También
han sido mis favoritos aquellos músicos impresionistas de principio del siglo
XX: Debussy, Poulenc, Ravel, Satie, entre otros. Sin dudas todos estos hombres
lograron que el piano dejara de ser un aparato mecánico para convertirse en
instrumento revelador del alma humana.
LHDJ: Y en el jazz
¿quienes son tus referentes?
MS: En mi música se nota
claramente la admiración que siento por Keith Jarrett, particularmente por sus
largas improvisaciones en piano solo. Existe una condición generacional que me
ha puesto bajo la influencia de Brad Mehldau, John Medeski, Jason Moran, Ethan
Iverson, Esbjörn Svensson, entre otros. Pero mis músicos predilectos son
aquellos que rozan los límites del jazz. Ahí ubico a Egberto Gismonti, Astor
Piazzolla, Dino Saluzzi, Dave Douglas o Charles Lloyd, cuando abandonan los
rasgos más jazzísticos. Mucha gente considera que mi música no es jazz, y
probablemente tengan razón. Pero, si no es jazz, ¿qué es? Creo que este público
es, justamente, el que mejor preparado está para escuchar una música compuesta sin
preconceptos, sin fórmulas, en una dirección sincera, en busca de algo nuevo,
propio.
LHDJ: ¿Crees que el hecho de ser diseñador influye en tu música o por el contrario tu música influye en tus diseños?
MS: Yo creo que la música
y el diseño están completamente ligados entre sí. Existen intersecciones en
grandes zonas de creación. Desde el diseño me interesa especialmente la
consideración de la dimensión sonora en el desarrollo de los productos. Los
diseñadores deben tener todos los sentidos muy afinados para percibir muy bien
como se tocan, se ven, se huelen, se degustan y se oyen los objetos diseñados.
Cualquier sonido proveniente de un objeto funcional constituye una música
cotidiana que no se puede despreciar. En la música me interesa la revalorización
del objeto que habita en los sonidos. Por supuesto, adoro los “ruidos” que
emiten los instrumentos por detrás de las notas, como cuando suena el mecanismo
del pedal en el piano o el crujir de la madera del mueble. Esta relación
música-diseño se juega en una franja perceptual delicada, y me interesa
reconocerla y comprenderla. Es una búsqueda en la sombra de las cosas, en la
resonancia de los sonidos.
LHDJ: ¿Sigues el jazz europeo y en concreto el que
se hace en España?
MS: Soy un oyente de todas
las músicas, incluso me disgusta categorizarlas. Así que no puedo decir que mis
oídos apunten más al jazz que a otros géneros. Me interesa el trabajo del
pianista portugués Julio Resende, también el serbio Bojan Zulfikarpašić. Por
supuesto, siempre he escuchado a inmensos músicos como Stefano Bollani, Jan
Garbarek, Dave Holland, Enrico Rava, Tomasz Stanko, Louis Sclavis, Jon
Christensen, entre otros.
MS: Este año estoy
empecinado en viajar un poco con mi música. Es mi mayor deseo participar en
festivales de jazz u otras músicas en Europa. Creo que en estos últimos tiempos
he reunido un material que justifica salir de gira. Espero poder coordinar
pronto algo así. Sé que mi sonido tiene una mixtura que lo hace muy argentino
(nosotros somos una enorme mezcla) y me gusta la idea de mostrar afuera algo
que tiene rasgos propios. Mis manos, mi corazón y mi cerebro crecieron en la
diversidad. Entre esos matices suena una raíz que se une con la cultura musical
europea. Seguramente, Europa sería un destino amigable para mi música.
(Fotos realizadas por Horacio Sbaraglia, cedidas por Marco Sanguinetti)
(Fotos realizadas por Horacio Sbaraglia, cedidas por Marco Sanguinetti)
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