SWING: ¡Bailen, disfruten! (3)

Gran parte de la música  swing era muy popular y de fácil asimilación por el no iniciado, quizás por eso los puristas creen que es un poco excesivo llamarla jazz

El jazz se banaliza y los aspectos más asimilables  son los que se valoran por un público y una crítica dominados por los intereses comerciales. Los blancos, de alguna forma, hacen suyo el jazz, hasta ahora dominado por negros.

     El apogeo se produjo en la década de los 30, íntimamente unido a las big bands,  iniciándose su declive en los  años 40.

Estados Unidos estaba abatido por la Gran Depresión y los norteamericanos, para olvidarla,   se refugiaron en la  música  y más concretamente en las bandas de músicas.

           

Las big bands incorporaron secciones instrumentales y se caracterizaron por su dominio instrumental, coordinación de los instrumentos, ritmos en ocasiones endiabladamente rápidos y sobre todo swing, mucho swing. Fueron aquellas las que lanzaron este estilo. La venta de discos había descendido  de forma alarmante durante los años 20 y fueron las big bands y el swing los que rescataron la industria discográfica. En nueve años (1930-1939) se pasó de vender 10 millones a 50 millones de discos.

Las orquestas incorporan dos figuras: el arreglista y el solista líder. El primero podía trabajar para varias orquestas  a la vez, lo que conllevó una estandarización de los sonidos. El líder buscaba buenos solistas que supieran leer  música mejor que buenos improvisadores.

Las ventas de trompetas y clarinetes se duplicaron y triplicaron respectivamente.

Los adolescentes fueron los que mejor recibieron el swing. Sus ídolos eran equivalentes a los de rock de hoy en día. ¿Quién no ha visto imágenes de jóvenes bailando con fruición?. Ellos con traje o jersey y anchos pantalones, ellas con falda y calcetines blancos.