Pistas
1.Between the Devil and the Deep Blue Sea 2.Put a lid on it 3.Baby Baby All the Time 4.Blues to Get Started 5.Chicken Wings 6.Stormy Monday 7.Katydid 8.The Very Thought of You 9.A Lot of Livin' to Do
Intérpretes
Betty Bryant - piano, voz
Robert Kyle – saxo tenor, flauta, armónica
Richard Simon - contrabajo
Kenny Elliott - batería
Tony Guerrero - trompeta (7,9)
Hussain Jiffry - bajo eléctrico (8)
Kleber Jorge - guitarra (8)
Yu “Big Poppa” Ooka - guitarra (7)
Kevin Winard – percusión (8)
Grabado en Jiffry Studios.
Fecha de publicación: 26 de enero de 2024
Originaria de Kansas City, Missouri, Betty Bryant es una venerada pianista y cantante que aporta una sólida técnica de piano, un toque ligero y oscilante y un hábil enfoque vocal a su música. Apodada "Cool Miss B" desde que Robert Kyle le puso ese sobrenombre en una canción de 1997. La carrera de Bryant comenzó en su ciudad natal, donde fue asesorada por el gran Jay McShann (una famosa fotografía de Bryant con McShann cuelga en el vestíbulo del Museo Americano de Jazz de la ciudad y está incluida en el folleto del CD). Se mudó a la Costa Oeste en 1955. En 1987 se declaró el “Día de Betty Bryant” en Kansas City y se le entregaron las llaves de la ciudad.
“Lotta Livin’” es el decimocuarto álbum de Bryant. Sigue a su lanzamiento de 2019, “Project 88”, que celebró su 88 cumpleaños.
Le acompaña su inseparable saxofonista Robert Kyle y sus colaboradores habituales, el baterista Kenny Elliot y el bajista Richard Simon. Como invitados cuenta con Hussain Jiffry en el bajo eléctrico, los guitarristas Kleber Jorge y Yu “Big Poppa” Ooka, el percusionista Kevin Winard y el trompetista Tony Guerrero.
El álbum comienza con el estándar de Harold Arlen y Ted Koehler, “Between the Devil and the Deep Blue Sea” donde Bryant desembarca con toda su ironía a la vez que coquetea con el oyente. Elliot y Simon arropan a Bryant a la perfección. Kyle es un pilar de la escena del jazz de Los Ángeles, ha tocado y producido o coproducido la mayoría de los discos de Bryant; ambos son amigos y compañeros musicales desde hace más de 30 años.
El primero de los cuatro temas compuestos por Bryant es “Put A Lid On It”. Bryant muestra su lado blusero, irónico y divertido.
“Baby, Baby All the Time” de Bobby Troup, lo interpreta Bryant de forma sensual y con sentimiento. El piano de Bryant y la flauta de Kyle contribuyen a ese ambiente “arrastrado” y de club humeante. Excelente versión.
El segundo original es “Blues to Get Started”, un blues instrumental, lleno de ritmo y que sirve para mostrarnos la buena forma de Bryant al piano.
El disco está transcurriendo por unos derroteros de gran calidad.
Otro original, “Chicken Wings”, comienza con unos acordes de Kyle a la armónica, seguido de un recitado de Bryant, que nos cuenta su amor por las alitas de pollo. Un dúo Bryant-Kyle al más puro estilo country. Una divertida y deliciosa canción.
Le sigue el blues de T-Bone Walker, “Stormy Monday”, la pieza de mayor duración del álbum, casi 8 minutos, lo que permite a Bryant y a Kyle hacer buenos solos, secundados por Simon y Elliot. Un gran tema, donde predomina la parte instrumental.
Bryant estaba fascinada por el sonido de la palabra katydid (chicharra) y escribió este tema “Katykid”, que por cierto no trata sobre el insecto en cuestión. “Escribí la canción sobre alguien llamada Katy que hizo algo, pero nunca digo qué hizo”. En este tema intervienen Ooka en la guitarra y Guerrero a la trompeta.
Vamos llegando al final de este excelente álbum, con el estándar “The Very Thought of You”, de Ray Noble a la que dota de ambiente brasileño, acentuado por la guitarra de Jorge y el percusionista Winard a los que se une el bajista eléctrico Jiffry. Kyle nos brinda un solo muy lírico. Una hermosa versión.
El disco cierra de forma brillante con “A Lot of Livin’ to Do” de Lee Adams y Charles Strouse. Guerrero con la trompeta y Kyle a la flauta, presentan delicados pasajes al unísono. Una versión que nos deja un sabor alegre y esperanzador.
“Lotta Livin’” es un disco donde el jazz y el blues se dan la mano.
La experiencia es un grado. Bryant está en plena forma. Canta con una calidez y toca el piano con una elegancia, en ambos casos, innata. Disfruta interpretando y nos hace disfrutar a los oyentes.
Un disco para escuchar relajado y en absoluto silencio.
La Habitación del Jazz
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