lunes, 7 de noviembre de 2022

ROBERT JOHNSON Vinilo: Me And The Devil

 

 

Títulos

CARA A

1.Sweet Home Chicago

2.Come On In My Kitchen

3.Love In Vain Blues

4.Walkin’ Blues

5.Stop Breakin’ Down Blues

6.I Believe I’ll Dust My Broom

7.32-20 Blues

8.Last Fair Deal Gone Down

9.Dead Shrimp Blues

CARA B

1.Cross Road Blues

2.Me And The Devil Blues

3.Hell Hound On My Trail

4.Terraplane Blues

5.Preachin’ Blues (Up Jumped The Devil)

6.Little Queen Of Spades

7.Honeymoon Blues

8.Muilkcow’s Calf Blues

9.Ramblin’ On My Mind

 

Intérpretes

Robert Johnson – voz, guitarra

 

Grabado en:

Hotel Gunter, habitación 414, San Antonio, Texas, en noviembre de 1936:

Lunes 23 (A1,A2,A6,B4,B9). Jueves 26 (A7). Viernes 27 (A4,A8,A9,B1,B8)

Antiguas oficinas de Vitagraph/Warner Bros, cuarta planta, Dallas, Texas:

Domingo 20 de junio (A3,A5,B2,B3,B6,B7,B8) 

Publicado por PlanetaDeAgostini en 2022

 

En colaboración con Planeta DeAgostini y dentro de la colección “Blues en Vinilo”, La Habitación del Jazz publica la reseña correspondiente a esta entrega que en esta ocasión está dedicada a Robert Johnson, intérprete de blues que encarna el prototipo de músico sobre el que se ha creado toda una leyenda alrededor suyo, basada en hechos más o menos ciertos y más o menos comprobados que abarcan desde su nacimiento (no se sabe el lugar y fecha exactos), su vida (pacto con el diablo, alcohólico, mujeriego…) hasta su muerte (envenenado por un marido celoso, por sífilis, acuchillado a manos de una mujer…). Por cierto son tres los sitios diferentes donde se dice descansan sus restos. 

De todas las historias que rodean la vida de Johnson, sin duda la más extravagante es la que narra su encuentro con el diablo en un cruce de caminos. En Robinsonville, Mississippi, Johnson se encuentra con Son House y Willie Brown a los cuales iba a ver cada vez que tocaban. El joven Johnson, conocido como “Little Robert” en ese momento, tocaba la armónica e intentaba aprender a tocar la guitarra de sus mayores, pero según House no tocaba bien. Johnson desapareció por un tiempo (entre seis meses y dos años) y la siguiente vez que Johnson se encontró con House y Brown fue en Banks, Mississippi. Entró en el local donde se hallaban y cuando empezó a tocar, según House: “nos dejó con la boca abierta”. Parece ser que fue el propio House quien le preguntó dónde había aprendido a tocar así y según éste la respuesta de Johnson fue: “Tuve el mejor maestro de todos” en referencia al diablo. La historia del encuentro con el diablo parece que parte del propio Johnson. Otros bluesmen  como Tommy Johnson también decía haber aprendido a tocar la guitarra en un cruce de caminos gracias a la influencia del diablo. La leyenda del pacto con el diablo hay que contextualizarla dentro de la tradición existente entre los  Yoruba de África occidental. Prácticas que fueron llevadas a América por los esclavos y aún perviven en lugares de Brasil, Cuba o Haití. Lo que sí se sabe es que Johnson recibió lecciones de un músico llamado Ike Zinermon.

Lo cierto es que es uno de los más famosos bluesmen. Su influencia para para muchos roqueros blancos es indiscutible (Eric Clapton dijo de él que era el cantante de blues más importante de la historia), si a esto le añadimos el aura de misticismo que envolvió su vida, tenemos la tormenta perfecta.

“Me and the Devil” es un disco exclusivo de la editorial Planeta DeAgostini. Recoge  una excelente selección de 18 canciones de blues, grabadas entre 1936 y 1937, sus años más fructíferos. En esta recopilación podemos  encontrar lo mejorcito de Johnson de los 29 discos que grabó en ese periodo. Entre estos temas están “Me And The Devil  Blues” que fue versionada por muchos  artistas, entre ellos Peter Green, Cowboy Junkies, Eric Clapton, Soap&Skin, Widespread Panic, Gil Scott-Heron, The Doors, entre otros. O “Cross Road Blues” una de sus primeras canciones, “I Believe I’ll Dust My Broom” y “Terraplane Blues”, todas ellas de 1936. De 1937 encontramos  “Sweet Home Chicago”, “32-20 Blues” o “Hell Hound on My Trail” entre otras canciones, sin olvidar la famosa “Cross Road Blues”. Johnson para algunas de estas composiciones se “inspiró” en otras canciones compuestas por otros bluesmen, pero esto era normal en esos años, en los que no existía, como conocemos hoy día, los derechos de autor.

Esto no desmerece en absoluto la calidad de las composiciones de Johnson como las de cualquier otro músico de blues de la época.

En este disco podemos apreciar la sofisticada técnica de tocar la guitarra de Johnson, en comparación con sus coetáneos. El bluesman Johnny Shines afirmaba que Johnson podía tocar al instante cualquier canción que estuviera sonando en la radio, fuera del estilo que fuera.

También podemos disfrutar de los amplios registros de voz de Johnson, acompañada exclusivamente por su guitarra.

Un disco de blues profundo, sin artificios innecesarios.

La Habitación del Jazz

 

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