Título: Tocar la Vida
Autor: Chema García Martínez
Editorial: Alianza Editorial
Colección: Libros Singulares (LS)
I.S.B.N.: 978-84-9181-697-3
Fecha de publicación: 31 octubre de 2020
Nº páginas: 520
Idioma: Español
José María (Chema) García Martínez (Madrid, 1957). Escritor, periodista, músico, historiador, cineasta... Crítico del diario "El País" desde 2004 y miembro de la European Jazz Federation, ha sido también columnista y crítico de música y cine en diversos medios de comunicación. Ha impartido conferencias en diferentes universidades e instituciones culturales en España, Europa y Latinoamérica. En 2009, su artículo "Un espectador denuncia a un músico de jazz por no tocar jazz", publicado en "El País", fue profusamente comentado por los medios de comunicación nacionales e internacionales, dando lugar a un "verdadero fenómeno mundial en el mundo del jazz y los medios de comunicación". Es autor tres magníficas obras: el monográfico “Del fox-trot al jazz flamenco. El jazz en España. 1919-1996” (1996), “La música étnica. Un viaje por las músicas del mundo” (2002) y “Esto es Jazz. Los 101 + 101 mejores discos de la historia” (2012).
Por desgracia, en España, no abunda la publicación de libros sobre jazz; hablamos de biografías, monografías, historia, ensayos etc. Esta escasez se da tanto en libros de autores españoles como de traducciones de autores extranjeros.
Por eso, cuando nos llega un libro de estas características y firmado por un español, nos alegramos enormemente.
“Tocar la vida. El músico de jazz: vueltas en torno a una especie en extinción” es un excelente libro por muchos y variados motivos.
No se trata del típico libro que recoge datos históricos o biográficos, la mayoría obtenidos de otros libros, si no del mismísimo Internet.
En este libro, entre otras cosas (crónicas de conciertos, reseñas de discos, obituarios, semblanzas, recuerdos y vivencias del autor, una receta de cocina) se nos cuenta una serie de entrevistas realizadas por Chema durante casi cincuenta años de profesión. Entrevistas realizadas en bares, en garitos, en habitaciones de hotel, en el escenario o detrás del mismo. Casi todos los que aparecen en este libro son leyendas del jazz o personajes relacionados con este género musical.
Chema que se considera “un tipo con suerte … que básicamente ha hecho siempre los que le ha dado la gana”, ha agrupado en 13 capítulos lo que denomina “la crónica de un tiempo que no volverá”.
Leyendo el libro podemos apreciar la grandeza de esta música llamada jazz (aunque esta palabra no gustaba (no gusta) a muchos intérpretes de jazz) y de sus protagonistas, pero también sus debilidades, sus pasiones, sus penas y alegrías, sus extravagancias.
La controversia de cómo abordan la interpretación del jazz los músicos actuales, de excelente técnica eso sí, está más viva que nunca. Sin duda les falta algo, quizás sea el vivir el jazz desde abajo, en clubs, aprender de los errores y de los maestros, les falta sentimiento.
En el prólogo, excelente por cierto, Ben Sidran dice que “no se trata de si la persona es capaz de seguir juntando las notas si no si esto, al fin y al cabo, significa algo”.
Chema afirma que "el músico de jazz es una especie que ya está extinguida". Es posible, pero es que la tecnificación actual ha derribado cualquier atisbo de creatividad o romanticismo en cualquier actividad humana, ya sea, o no, artística.
Volviendo al contenido del libro, Chema dice “Yo me enamoro de todos los entrevistados. Para mi muchas veces es más importante lo que pasa fuera de micrófono”. Y ese es un factor diferencial de este con otros libros del mercado. El hecho de enamorarse de sus entrevistados es lo que hace que, lo que nos narra, tenga un valor añadido importantísimo.
Hay capítulos dedicados a músicos raros, lunáticos y metódicos y los malditos que nunca tuvieron el reconocimiento que merecían. Y un epílogo, subtitulado: “La caja 54. Reflexiones post mortem de un crítico de jazz” donde relata en qué consiste el enorme legado que ha dejado y el momento en que decide desprenderse de todo lo que ha sido su vida y donarlo. “Así que el día en que llegó el camión y cargó las cajas (54 en total) con mis discos, los libros y las revistas, yo sentí que allí se iba mi vida. Porque el jazz ha sido mi vida”.
Termino con una frase, emocionante, que Randy Weston, le dijo a Chema en una ocasión: “Pero Chema, si tú eres músico. La diferencia es que escribes palabras. Pero eres músico”.
No dejéis de leer “Tocar la vida”, leeréis cosas que no encontraréis en ningún otro libro. Os enganchará desde sus primeras palabras.
La Habitación del Jazz
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